Siguiendo a nuestros blogs amigos por la globosfera hemos visto una receta de queso fresco/cremoso en el blog de Sònia, Encontrar la felicidad en los detalles y nos recordó una que nosotros hacíamos y que es muy, muy similar en su elaboración aunque no así en el resultado. Es simplemente queso casero para comer fresco, preferiblemente aderezado con un poco de aceite de oliva y hierbas aromáticas, pimienta, etc. El resultado será directamente proporcional a la calidad de los ingredientes. En el caso de Sònia, con productos caseros y ecológicos, los borda. Nosotros simplemente utilizamos yogur convencional y leche de brick. En otra entrada prometemos contar alguna intimidad del procesamiento y envasado industrial de la leche. Pero eso será otra historia...
Queso casero de vaca |
- 1 l. de leche
- 1 yogur natural
- El zumo de medio limón
- Sal
Dificultad: Nula
PREPARACION
Calentamos la leche a unos 50ºC. Añadimos el limón y el yogur. Removemos a fuego lento hasta que la leche se corte y observemos el suero de color transparente/amarillento. Retiramos del fuego y dejamos reposar hasta que el suero se separe totalmente del queso. En una gasa o un paño fino, a modo de colador, ponemos el queso y hacemos presión para escurrirlo bien, manteniéndola hasta que casi no salga líquido. Hacemos una bola retorciendo el paño con el queso en su interior (de forma que quede parecida a las de mozzarella fresca) y colocamos una brida (de las de bricolaje, por ejemplo) o similar justo por encima del queso, de forma que el paño continúe haciendo presión. Lo colgamos para que escurra durante unos 45 minutos. Transcurrido ese tiempo, abrimos y mos encontraremos una bola sólida. Con la ayuda de un cuchillo, la deshacemos en pedazos pequeños y salamos a nuestro gusto. Rellenamos con ellos un aro de emplatar, haciendo bastante presión con un objeto cilíndrico (nosotros utilizamos un bote de cristal). Metemos a la nevera y en un par de horas podemos desmoldar. Para comérselo.